08 noviembre, 2010

.::EL VUELO 19::.

Muchas personas han oído hablar del Triángulo de las Bermudas, pero no todos conocen el incidente que dio origen al misterio: la desaparición del Vuelo 19.
Vuelo 19 era el nombre asignado a un grupo de aviones que partieron de su base en Fort Lauderdale en la tarde del 5 de diciembre de 1945.
Los aviones eran 5 bombarderos-torpederos Grumman TBM3 Avenger y llevaban suficiente combustible como para volar más de 1.800 kilómetros.
Cada avión contaba con un piloto y dos tripulantes.
La primer anomalía se dio en la planilla de personal del Vuelo 19. Si bien se suponía que 15 hombres eran la dotación de esa misión, hubo un tripulante que solicitó ser excusado ese día...
Pese a lo cual la planilla conservada indica "tripulación completa".
El tripulante que no salió con el vuelo fue el cabo Allan Kosnar, quien luego declararía a la prensa que no tenía ninguna razón concreta para no volar ese día, excepto un raro presentimiento.



Pero lo más extraño es que el propio jefe de vuelo, el teniente Taylor, se presentó con retraso a recibir las instrucciones de la misión y solicitó que lo relevaran de esa tarea específica.
Simplemente dijo que no deseaba participar de la misión de ese día, pero no pudo dar ningún motivo concreto ni explicación. Por desgracia para él, no había relevos disponibles, de modo que tuvo que ir.

Lo que debía ser un simple vuelo de práctica en un día de buen tiempo, se transformó en una tragedia: los cinco aviones desaparecieron, luego de mostrar desorientación, fallas en los instrumentos y tras cruzar extraños mensajes con la torre de control y entre sí.
Nunca se encontró el más mínimo rastro de ellos. Y el hidroavión enviado al rescate desapareció el mismo día.

La primera parte de la misión del Vuelo 19 se cumplió satisfactoriamente: una práctica de bombardeo (la Segunda Guerra Mundial había finalizado tres meses atrás).
Pero cuando los aviones retornaban, hacia las 3:15 de la tarde se recibió en la base un llamado del teniente Taylor, jefe de vuelo:
Teniente Taylor: "Llamando a la torre. Esta es una emergencia. Parece que hemos perdido el rumbo. No podemos ver tierra.....repito.....no podemos ver tierra."
Torre: "¿Cuál es su posición?"
Teniente Taylor: "No estamos seguros de nuestra posición. No podemos estar seguros acerca de dónde estamos. Parece que nos hemos perdido."
Torre: "Tome dirección debida, hacia el oeste."
Teniente Taylor: "No sabemos en qué dirección está el oeste. Todo anda mal......es extraño.....no podemos estar seguros acerca de ninguna dirección.......ni siquiera el océano tiene un aspecto normal.

A las 3:30 se recibieron mensajes de diálogo entre los pilotos del Vuelo 19.
De ellos se deducía que los instrumentos de vuelo se habían vuelto locos y que las brújulas habían dejado de funcionar, lo cual ya era difícil para el caso de un avión (pues se habían revisado antes del despegue), pero era absolutamente improbable para el caso de todos los aviones.
Allí fue cuando se despachó un hidroavión Martin Mariner de rescate, con tripulación de trece hombres.

Hacia las cuatro de la tarde se escucharon las últimas transmisiones audibles del Vuelo 19.
Se pudo oir débilmente un mensaje sumamente extraño: "Parece que estamos....entrando en agua blanca......estamos completamente perdidos".

En años posteriores, un periodista que siguió el caso desde su inicio, logró contactar con un radioaficionado que captó un último y aún más extraño mensaje del teniente Taylor:
"No vengan por mí"
En los años '70, este suceso y una multiplicidad de desapariciones posteriores de buques y aviones serían ampliamente conocidos a través de un libro de Charles Berlitz ("El triángulo de las Bermudas") que tendría una continuación actualizada ("Sin rastro").

El tema se popularizaría aún más a través de otros libros, películas y documentales.
Ciencia y ficción se darían la mano, debido al cúmulo de teorías serias o descabelladas que intentarían dar una explicación al fenómeno en el curso de los años.

De todas maneras, ni las teorías formuladas ni las conclusiones oficiales lograrían explicar otros misterios dentro del misterio:
El primero de ellos sucedió tres semanas después de desaparecer el Vuelo 19, cuando la búsqueda ya había cesado sin ningún éxito. La familia de George Paonessa, uno de los tripulantes de la fatídica misión, recibió un telegrama en estos términos:
"Han sido mal informados acerca de mi persona. Estoy perfectamente vivo"
Firmado: Georgie

Para la familia Paonessa nunca quedó duda de que el remitente del telegrama era el tripulante "desaparecido", pues firmaba con el apodo que sólo su madre usaba para él.
Y tampoco quedó duda de que el remitente hizo lo posible para que el telegrama no fuera interceptado: fue enviado al domicilio de un tío, dirección que los militares no conocían.

El segundo de ellos sucedió cuando se descubrieron, en la zona del Triángulo, los restos de cinco aviones TBM en el fondo del mar......pero que no formaban parte del Vuelo 19 ni tampoco se habían reportado nunca como perdidos.
Varios investigadores han especulado que se trata de un burdo intento de "plantar" cinco aviones similares a los desaparecidos, y que debió ser realizado décadas atrás, cuando las posibilidades de examinarlos eran casi nulas.
Conseguir en sigilo cinco bombarderos TBM...
Trasladarlos en secreto hasta la zona...
Hundirlos en mar abierto sin testigos...
¿Quién se tomaría tanto trabajo para desacreditar la leyenda del Triángulo de las Bermudas?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¿serà que transpasaron un espiral espacio-temporal?

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