SETUN SHENAR COMUNICA:
LA ESTRELLA DE BELÉN, UNA ASTRONAVE DE LUZ
LA VERDAD SALE A LA LUZ DE DEBAJO DEL ALMUD .
NOS SENTIMOS FELICES PORQUE DE VEZ EN CUANDO ALGUN PASTOR RELIGIOSO VUESTRO COMPRENDE QUIÉNES SOMOS, DE DÓNDE VENIMOS Y POR QUÉ VISITAMOS LA TIERRA.
LO HEMOS DICHO: SOMOS LOS ÁNGELES DE AYER, LOS SERES DE LUZ Y LOS EXTRATERRESTRES DE SIEMPRE.
¡PAZ!
NOS SENTIMOS FELICES PORQUE DE VEZ EN CUANDO ALGUN PASTOR RELIGIOSO VUESTRO COMPRENDE QUIÉNES SOMOS, DE DÓNDE VENIMOS Y POR QUÉ VISITAMOS LA TIERRA.
LO HEMOS DICHO: SOMOS LOS ÁNGELES DE AYER, LOS SERES DE LUZ Y LOS EXTRATERRESTRES DE SIEMPRE.
¡PAZ!
SETUN SHENAR SALUDA
PA 4 de Febrero de 2016
Fuente:delcieloalatierra.com.ar
Oristano, el fraile que estudia a los extraterrestres: la estrella de Belén era un OVNI
Desde el Papa Juan XXIII hasta la estrella de Belén. El libro del franciscano, padre Marco Ardu
Por Roberto Petretto
Desde el Papa Juan XXIII hasta la estrella de Belén. El libro del franciscano, padre Marco Ardu
Por Roberto Petretto
ORISTANO (ITALIA). Sabe perfectamente que sus teorías no han tenido, ni podrán llegar a tener, el aval oficial de sus superiores, por ser tan atrevidas. Pero el Padre Marco Ardu es un fraile con una cierta cantidad de primaveras sobre sus hombros que le dan la posibilidad de permitirse declarar su convicción sin ningún tipo de miedos: “Los extraterrestres existen”. Y la Iglesia lo sabe. El fraile franciscano no es un Fox Mulder en busca de Archivos secretos X (X-Files) sino un religioso que ya está retirado y desde hace tres años vive en Oristano, después de haber recorrido la isla de Cerdeña por más de 47 años, desde Cagliari hasta Sassari, juntando fondos para ayudar a los frailes que trabajaban en las misiones de todo el mundo. Su convicción sobre la existencia de los extraterrestres no solo la expresa en palabras, sino que también la pone por escrito: “La Estrella de Navidad” es el título (aparentemente inocuo y anónimo) de un pequeño libro, publicado por la editorial Epdo, escrito precisamente por el Padre Marco Ardu.
La sorpresa comienza a revelarse con el subtítulo: “¿Qué Estrella?”. La “Estrella” a la que el Padre Margo Ardu se refiere en su libro es la que, según la iconografía cristiana, habría guiado a los Reyes Magos hasta la gruta en la que se encontraba el Niño Jesús. ¿Qué era en realidad esta entidad luminosa? No era una estrella cometa, como pretende hacernos creer la tradición, sino que tal vez era un OVNI. El fraile franciscano argumenta en forma muy detallada cuál es su teoría: “¿Quiénes componían 'la multitud del ejército celeste que adoraba a Dios? ¿Durante la noche de Navidad en Belén?... Hablan, se hacen entender, son creibles para los hombres de esta tierra. Podrían conducir 'coches aéreos' que encienden luces. ¿Cómo podrían llamar a esta luz los hombres que en aquella época no conocían los aviones?”. La respuesta es obvia: “Estrella”.
“Según mi opinión – escribe el franciscano – también a los Magos se le aparecieron los 'mensajeros' durante la noche de Navidad y ellos vieron la luz a la que llamaron estrella”. Y si esa “estrella”, “probablemente emanaba luz, incluso de día” quizás era el producto de una tecnología muy avanzada, utilizada por una civilización no terrícola que, siempre según el religioso, tenía la tarea de anunciar el nacimiento de Cristo.
La cuestión de la Estrella es un punto fundamental del libro, pero también lo es la cuestión de la existencia de los extraterrestres: “Jamás he leído que solo el hombre está formado por alma y cuerpo. No considero imposible que existan seres no terrícolas, que si no son iguales al menos son muy similares al hombre”.
Hasta la Iglesia misma estaría convencida de esto. En el prólogo el profesor Antonio Murziani cita un episodio que le habría ocurrido en 1961 al entonces pontífice Juan XXIII: “El Papa Roncalli, se encontraba paseando en los jardines de Castelgandolfo, junto a su secretario, el Monseñor Capovilla, y tuvo un encuentro con un ser alienígena, similar a nosotros los terrícolas, descendió de un platillo volador, que había aterrizado junto a algunos otros que estaban muy cerca. Según los cronistas del período, el Papa Juan XXIII se acercó a dicho ser y habló con él. Al final de su encuentro le dijo al Monseñor Capovilla: “Los hijos de Dios están en todas partes, a pesar de que a veces tengamos dificultades para reconocer a nuestros hermanos”. Palabras que nunca fueron desmentidas por monseñor Capovilla, quien hoy en día es Cardenal”.
¿Serán fantasías? ¿Reflexiones libres? El Padre Marco aclara la naturaleza no científica y ni siquiera de doctrina de su libro: “Ante todo pido perdón si eventualmente llego a decir tonterías y cosas completamente falsas. Claro está que no lo hago de propósito sino simplemente por equivocación”.
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