06 febrero, 2021

.::CIENCIA Y ESPÍRITU: LAS CLAVES DE LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD::.

 

spiritosanto

DEL CIELO A LA TIERRA

HE ESCRITO EL 2 DE FEBRERO DE 2021:
LOS INICIADOS DE LA OBRA DE JUAN ESCRIBEN Y DICEN LA VERDAD.
¡LEED LUIGI BENEDETTI!
EN FE
G.B.

PLANETA TIERRA
2 de febrero 2021.

P.D:ESTE ESCRITO DE LUIGI BNEDETTI RESUME LOS CONCEPTOS TRANSMITIDOS POR GIORGIO BONGIOVANNI DURANTE LA ENTREVISTA CON PIER GIORGIO CARIA

CIENCIA Y ESPÍRITU: LAS CLAVES DE LA COMPRENSIÓN DE LA REALIDAD
De Luigi Benedetti
"Las verdades científicas no se deciden por mayoría"

Esta célebre frase de Galileo Galilei debería hacernos reflexionar sobre por qué hoy estamos viviendo una trágica situación mundial que expresa sufrimientos y disolución de la sociedad desde todos los puntos de vista, comenzando por el bajo nivel ético-social del ser humano, a la ya irreversible condición ecológico-medioambiental en que se encuentra la Tierra, al incompetente y oportunista sistema médico-sanitario mundial, a la visión nazista económico-financiera del liberalismo neocapitalista, para finalizar con los inmensos intereses bélicos ligados al aterrador uso de la energía nuclear.
Sin embargo, la mayoría de la humanidad considera que esta realidad social es normal, imprescindible y única. La humanidad, en su ignorancia, se ha acostumbrado y se ha amoldado a esta dramática situación mundial. Pero, ¿por qué?
 
Volviendo a la frase de Galileo Galilei, podríamos decir que los canales mundiales de información nos pasan diariamente innumerables verdades científicas que, según ellos, delinean como realidad única y exclusivamente aquella en la que nos encontramos. Es decir, el mainstream de la información, la mayoría, nos transmite verdades que nos llevan a pensar, o más bien a creer, que la actual situación global que vive la humanidad es la única posible. Más aún, según ellos, debemos agradecer absolutamente esta ciencia, estos descubrimientos, estas verdades, porque sin ellas nos encontraríamos hoy en condiciones sociales aún peores. Todo esto sólo por el hecho de que la mayoría, el pensamiento oficial, ha decidido dar valor y espacio a algunas verdades científicas, en lugar de otras.
George Orwell, uno de los más lúcidos e iluminados escritores y ensayistas del siglo XX, no podía enfocar mejor la situación actual con las siguientes palabras: “Si todos los documentos contaban la misma fábula, la mentira se convertía en un hecho histórico, y por tanto en verdad”
He aquí, una sociedad como la nuestra, que se ha confiado ciegamente a la ciencia reconocida, a la información distribuida por la fuerza y la imposición sólo por haber nacido de la mayoría, se encuentra viviendo la más dramática y desoladora condición social que se recuerda desde que existe el hombre.
Preguntémonos, entonces, si estos son los frutos, qué verdad nos ha querido imprimir el sistema. Seguramente no la Verdad, la de la V mayúscula, la única y objetiva por antonomasia, porque si hubiera sido la Verdad, el destino del planeta sería sin duda mejor que el actual.
Así pues, partiendo de estas consideraciones, no podemos no darnos cuenta de que si el mundo se encuentra en este contexto de sufrimiento, la ciencia declarada verdadera por la mayoría ha resultado totalmente ineficaz, totalmente mentirosa, totalmente equivocada. Hasta que se demuestre lo contrario. Esta no es la ciencia exacta en la que debemos confiar. No por casualidad, siguiendo los consejos de esa pseudociencia, la humanidad ha tomado malas decisiones que la han llevado al borde del abismo. Pero ¿existe o no una verdadera Ciencia, con C mayúscula, que podamos conocer y en la que podamos confiar, que aporte felicidad en lugar de sufrimiento?
Como siempre, para aquellos que quieren ver y escuchar, la Verdad se revela. Las Potencias Celestes, en sus valiosos mensajes, han sacado a la luz cómo existen dos tipos diferentes de ciencia: una Ciencia del Espíritu y una ciencia de la materia. Nos han enseñado que ambas, en nuestra dimensión tridimensional, representan valores complementarios necesarios para garantizar la evolución de las especies en el proceso de manifestación del continuo devenir, y de cómo el exceso o el defecto de uno y otro implica desequilibrio, desestabilización, incompetencia colaborativa y reacción.

Ante esto, queda claro que esta humanidad ha dado más importancia a la materia que al Espíritu, ha dirigido sus opciones hacia efectos materiales que hacia causas espirituales, en resumen, ha elegido como maestro la cómoda y ciega ciencia de la materia en detrimento de la profunda y verdadera Ciencia del Espíritu.

A este respecto, las Potencias Celestes siempre han tratado de transmitirnos los valores eternos de la Verdad basada en la Ciencia del Espíritu, es decir, la Ciencia que analiza y comprende las Causas de la realidad, de tal manera que los efectos consiguientes se dirijan hacia la correcta dirección evolutiva del ser.

Precisamente en este proceso de análisis y discernimiento se basa la llamada profecía. Por desgracia, el mensaje que las religiones siguen ofreciendo es ya demasiado infantil y aniñado para la humanidad actual, que se encuentra inmersa en un mundo estructurado sobre la ciencia de la materia. El problema es que esta dualidad, por un lado, ciencia material y, por otro, dogma religioso, no confiere al hombre las claves justas de lectura para comprender el alcance real de los acontecimientos proféticos. Esta dicotomía puesta en práctica para fines de poder no permite al hombre ignorante emanciparse y ser dueño de su propia vida. Y la ignorancia del hombre de hoy ha llegado hasta el punto de no reconocer el hecho de que nos encontramos en un momento histórico en el que muchos argumentos de fe son coincidentes con otros tantos argumentos de ciencia, ya que ambos, fe y ciencia, delinean los mismos escenarios futuros.

Lo que el Cielo nos enseña es que la profecía no tiene nada que ver con las creencias religiosas, sino que afecta a todos los efectos al ámbito de la Ciencia del Espíritu, porque si una cosa existe y se manifiesta objetivamente, no puede ser objeto de creencias religiosas basadas en dogmas, sino que debe ser necesariamente objeto de Ciencia. Una ciencia muy evolucionada, casi inimaginable para nosotros, pero aún así ciencia. En efecto, el Espíritu Inteligencia del ser humano puede alcanzar una evolución tal que logre explotar plenamente todas las inmensas potencialidades del cerebro que, como un software, puede conectarse con las ondas electromagnéticas del cosmos y puede ser capaz de leer los eventos pasados, presentes y futuros con extrema precisión. La manifestación de estos acontecimientos surge de muchas variables, entre las cuales la más importante de ellas está vinculada al nivel ético-espiritual y, por consiguiente, práctico-social de los seres dotados de Espíritu Inteligente. Por lo tanto, en base a las diferentes y posibles opciones que una cierta humanidad llevará a cabo, el resultado de la profecía y su escenario podrá en parte cambiar con el tiempo. No por casualidad, la mayoría de las profecías históricas siempre revelan dos escenarios posibles, casi opuestos, precisamente porque, según el comportamiento más o menos ético de los actores en juego, la situación será diferente.

Utilizando un paralelismo, podríamos definir la relación entre el hombre y la profecía como la relación entre el enfermo y el médico. Es decir, deberíamos entender la profecía como un don ofrecido por Dios (médico del Espíritu) al hombre (enfermo de la materia). Por lo tanto, entendiendo la profecía como un verdadero diagnóstico médico, se puede decir que el hombre posee en sí mismo todos los instrumentos necesarios para curarse de su enfermedad. Por lo tanto, admitiendo hasta que se demuestre lo contrario que el diagnóstico del médico del Espíritu (Dios) sea exacto, el pronóstico depende exclusivamente de nuestra voluntad de aceptar y poner en práctica los consejos del médico.

Desafortunadamente, la humanidad no ha visto bien seguir los sabios consejos de los médicos cósmicos, prefiriendo en cambio someterse a los deseos de la ciencia de la materia, que se ha revelado anti humana y anticrística. Por otra parte, los poderosos de la Tierra, encargados del control del estado de emancipación del hombre, desde siempre han hecho que el pueblo sea lo más ignorante posible, precisamente por el hecho de que un pueblo ignorante se gobierna y se somete mucho más fácilmente. En LUCAS 11,52 se predice precisamente este hecho: “¡Ay de vosotros, doctores de la ley, que habéis quitado la llave de la ciencia! No habéis entrado vosotros, y a los que querían entrar se lo habéis impedido”

En este versículo Cristo profetiza cómo el sistema pone las bases de su poder sobre la mentira y sobre mantener al pueblo ignorante, engañándolo con el dios de la materia y privándole del Dios del Espíritu. El príncipe de este mundo ha disfrazado hábilmente al falso profeta y nos lo ha ofrecido a través del materialismo, que hasta hoy domina la sociedad humana y cubre todos los estratos sociales. Un falso profeta que promete la Luna, promete el bienestar, promete la riqueza, promete la salud, promete la paz, pero que al final de cuentas ha generado una sociedad injusta, infeliz y sufriente que está a punto de estrellarse definitivamente. Afortunadamente, Cristo nos enseñó la regla de oro para tener discernimiento: “ Por sus frutos los reconoceréis”

Por otro lado, la Santa Madre en Fátima había profetizado que Satanás se introduciría hasta la cumbre de la Iglesia, entendida como humanidad. En efecto, precisamente los cristianos se han dejado engañar por el divisor, que le ha inculcado en el alma y en la mente el hecho de que existe la muerte, cuando, en cambio, Cristo había prometido la eternidad. Cristo ha venido precisamente para dejar las dos enseñanzas universales, es decir, la del amor y la de la eternidad del espíritu. Él, aportando equilibrio entre los dos valores complementarios (ciencia de la materia y ciencia del Espíritu), nos ha enseñado cómo sólo a través del amor se puede obtener la vida eterna, es decir, la plena conciencia de nuestra verdadera naturaleza espiritual.

Y es gracias a su ejemplo supremo, de Inteligencia Omnicreante hecha carne y sangre, que todos nosotros tenemos la rara oportunidad de sumergirnos plenamente en la Verdad, animados por los sentimientos de Amor, Libertad, Justicia y Revolución

CON AMOR,

LUIGI

ARCA POIMANDRES GUBBIO
1 DE FEBRERO DE 2021


Adjuntos:

- 3-01-21 La voz eterna que clama en el desierto

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- 29-12-20 Santa Navidad 2020. El mensaje Del Cielo a la Tierra

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- 4-04-20 ¡Los días que vendrán!

https://www.thebongiovannifamily.com/mensajes-2020/8994-los-dias-que-vendran.html

- Otras entrevistas:

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