.::INMACULADA CONCEPCIÓN, 8 DE DICIEMBRE 2018::.
(crònica de Sonia Alea)
María, Madre nuestra,
Volcamos hacia ti nuestra plegaria en este día de la Inmaculada Concepción y en todos los días de nuestra vida;
a ti candor sublime, ternura infinita,
a ti que has tenido en Tu regazo a nuestro Señor, Jesús Cristo, el Rey de los universos, dándole a la Luz, con los dolores del parto, en una humilde gruta de Belén, trayéndole a nosotros, indignos de tanto amor, y acompañándoLe durante la infancia, la adolescencia, la predicación y la Cruz.
¡Cuánto dolor en tu corazón María! Tus labios están todavía manchados de la Sangre de Tu hijo que aún hoy, continúa siendo crucificado en los estragos de inocentes y en la violación de Tu cuerpo planetario, la Tierra, nuestra genitora.
Cuánto dolor tendrás que soportar todavía María antes de que aquí abajo tus hijos comprendan que el Amor es la única vía para hallar el camino perdido, recordando el origen de sus propias raíces que pertenecen al universo.
Vuelca hacia nosotros Tu mirada materna que corona y consuela a los fieles mensajeros de Tu hijo, que abraza a los parvulitos de la vida, y llena con infinito amor nuestras almas.
Perdona nuestras faltas, María y el germen del egoísmo que todavía queda en nuestros corazones pero te ruego, sostén nuestra mano con la Tuya porque sin Ti estamos perdidos.
Protege a nuestros hijos que son los Tuyos, y guíales siempre hacia la Luz de Tu Hijo, el Cristo, para que puedan un día heredar junto a sus hermanos en el espíritu el alba del nuevo Reino en el que la Luz de Tu regazo gobernará, y les abrirá las puertas hacia el infinito Cosmos y hacia las civilizaciones maravillosas que habitan en él.
Con profunda devoción
a Ti Madre nuestra
Sonia Alea
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